Cuando estamos en casa o invitamos amigos, queremos que
el entorno sea acogedor y que alegre la vista. Y también
para que nuestras visitas se queden con la boca abierta diciendo:
"¡Wow! ¡Tu casa es increíble!". Para ello,
no es necesario invitar a un diseñador, porque conociendo
las reglas básicas tú mismo puedes crear un interior bonito, acogedor
y con estilo.
1. Define cuál es el propósito de la habitación
Lo primero que debes determinar
es cuál es el destino de la habitación
en cuestión. Ninguna remodelación costosa o muebles harán
tu vivienda acogedora y cómoda para vivir si su diseño está
mal pensado. Debes empezar con lo siguiente:
·
Toma en cuenta tu estilo
de vida, las costumbres de la familia, su itinerario
y actividades.
·
Nombra y anota los espacios que
necesitas. A veces un ligero cambio en el plano
de la vivienda puede agregarte, por ejemplo, un guardarropas
o un estudio.
·
Piensa qué zonas puedes combinar
(cocina/comedor, dormitorio/guardarropa, etc.).
·
Dibuja un plano
de la habitación y ubica allí los muebles para encontrar
la mejor opción.
2. Piensa en el ambiente que quieres crear
Antes de empezar a diseñar tu hogar, piensa qué ambiente
quieres crear en ese espacio y cómo te gustaría sentirte allí:
relajado o lleno de energía. Es muy importante tener
en cuenta si ese espacio será solo para ti o también
quieres impresionar a tus invitados.
·
Piensa en una gama
de colores: tranquila o colorida.
·
¿Qué materiales y texturas usarás:
cálidas y naturales o, al contrario, artificiales
y superficies lisas?
·
Utiliza el contraste
de tamaños, es decir, varía objetos grandes y pequeños. Esto
ayudará a evitar la monotonía y crear un efecto
estimulante. Lo importante es que algo debe unir todos los objetos
(forma, color, factura, etc.).
3. La simetría y el equilibrio para la armonía
Si tienes un espacio
asimétrico, tienes dos opciones para hacerlo lucir armonioso: intentar crear
una falsa sensación de simetría o acentuar sus peculiaridades.
·
Busca un punto focal
en la habitación (por ejemplo, una chimenea, una pintura, una
ventana) y crea un interior simétrico alrededor de él.
·
Utiliza líneas verticales, esto hará
que el espacio luzca más alto.
·
Agrega algún acento: es decir,
primero crea simetría y luego arruínala ligeramente.
4. Color y textura siempre juntos
Debes analizarlos en conjunto porque una cosa influye
en la percepción de la otra.
·
Los colores fríos son buenos para las
cálidas zonas costeras. A cambio, en una ciudad norteña lucirían
demasiado melancólicos.
·
Los colores cálidos crearán
la sensación de que la habitación es un par
de grados más calurosa de lo que es en realidad.
·
Los colores vivos son inadecuados para
el dormitorio. Es mejor utilizarlos en los espacios
en donde no pasas mucho tiempo.
·
Si utilizas un color
predominante en tu interior, es importante variar
la textura para evitar la monotonía.
5. La iluminación es la parte más sensual del diseño de
interiores
La iluminación correcta refleja
tu estado de ánimo y cambia el ambiente del espacio.
La luz influye en nuestras emociones y pensamientos. Con ayuda
de la iluminación se puede crear lo que sea.
·
Aprovecha al máximo la luz
del día, no cubras las ventanas.
·
Utiliza espejos. No solo agregan
luz, sino también aumentan visualmente el espacio.
·
La luz artificial crea
un ambiente agradable, por lo tanto aplica estas ideas: lámparas
de araña, de pared, de pie e incluso velas. Esto
complementará el interior de tu vivienda.
6. Los detalles determinan el interior
Es todo aquello que hace
de tu casa un verdadero hogar. Intenta imaginar
el resultado final mentalmente.
·
Elige tu armario con
responsabilidad. Sé consciente de que su color y material
le darán tono a todo el espacio.
·
Los distintos elementos deben tener
algo que los una. Por ejemplo, ambientar con diferentes cojines es una
manera perfecta de unificar todos los colores y texturas del espacio
en uno solo.
·
El diseño de ventanas
es un acento muy importante del espacio. Es mejor elegir
un color neutral para las cortinas, así es menos probable que
te aburra rápido.
·
Las telas hacen cualquier espacio más
acogedor. Pon un chal vintage en un sillón. Utiliza fundas,
frazadas, cojines.
7. Deja que lo que más te gusta te rodee
Todos somos esclavos de nuestras costumbres
y muchas veces nos resulta difícil desprendernos de algunos objetos
que provocan ciertas emociones en nuestro interior. De hecho,
no tienes que hacerlo. Como tampoco tienes que comprar algo nuevo todo el tiempo.
Lo más importante es encontrar un lugar adecuado para aquello
que nos gusta.
·
Empieza con liberar todas las
paredes y superficies. Ahora ubica las cosas nuevamente sin intentar
repetir como estaban colocadas antes.
·
Los cuadros o fotografías
enmarcados que te gustan mucho, deben volverse los objetos principales
de tu espacio. La iluminación, los colores
y la ubicación de los muebles; puedes organizarlos alrededor
de esos puntos de enfoque.
·
No cuelgues cuadros demasiado
alto. Lucirán armoniosamente al nivel de los ojos de una persona
de mediana estatura.
·
Los estantes son importantes para
el diseño porque no solo ayudan a mantener la casa
en orden, sino también sirven para ubicar accesorios y adornos.
·
Las flores vivas tienden
a inspirar. Así que deben convertirse en una parte indispensable del
interior.
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